AMIGO FIEL

AMIGO FIEL

Sé que en algún momento has dudado del poder de Dios en tu vida. A mí también me ha pasado. Como seres humanos, es casi inevitable caer en la tentación de dudar. Pero ¡qué misericordioso es Él! Incluso cuando no lo reconocemos, ya sea por ignorancia o por elección, Dios sigue siendo fiel. Solo pregúntale a Pedro cuando dudó de Jesús. Mira lo que sucedió en esta historia:

Mateo 14:24-33 | ²⁴ "La barca ya estaba lejos de la orilla, y las olas la golpeaban con fuerza, porque el viento era contrario. ²⁵ A la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua. ²⁶ Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, se asustaron y gritaron: —¡Es un fantasma! ²⁷ Pero Jesús les habló enseguida: —¡Tranquilos, soy yo! No tengan miedo. ²⁸ Entonces Pedro le dijo: —Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hacia ti sobre el agua. ²⁹ Jesús le dijo: —¡Ven! Pedro salió de la barca, caminó sobre el agua y fue hacia Jesús. ³⁰ Pero al sentir el fuerte viento, tuvo miedo, comenzó a hundirse y gritó: —¡Señor, sálvame! ³¹ Jesús extendió inmediatamente la mano, lo tomó y le dijo: —Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? ³² Cuando subieron a la barca, el viento se calmó. ³³ Los que estaban en la barca lo adoraron, diciendo: —¡Verdaderamente eres el Hijo de Dios!"

¿Crees que Jesús necesitaba demostrar algo? ¿Que dependía de la aprobación humana para sentirse con poder? ¡De ninguna manera! Jesús pudo haber dejado que la tormenta destruyera la barca o que Pedro se ahogara. Sin embargo, en el instante en que Pedro empezó a hundirse, Jesús lo rescató. Es curioso, ¿verdad? A pesar de que Pedro acababa de dudar, la respuesta de Jesús fue salvarlo. ¿Te suena familiar?

Pedro ha sido tú, y he sido yo en muchos momentos de nuestra vida. Cuando hemos sido infieles a Dios, ya sea en decisiones que hemos tomado, en nuestros pensamientos, emociones o en nuestros caminos. Constantemente fallamos, pero Dios no es como nosotros. Su fidelidad no está condicionada. Su disposición para rescatarnos cuando nos sentimos abrumados siempre está presente, sin importar qué. Vive con la tranquilidad de saber que tienes un Salvador que nunca falla, incluso cuando nosotros lo hacemos.

Con cariño,
Gabriela <3

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